Mi camino hacia la psicología comenzó en la adolescencia debido a la curiosidad que me generaba la mente humana y el comportamiento de las personas. Gracias a la formación y práctica psicológica, me he enamorado de esta profesión y la considero parte de mi personalidad. Me apasiona involucrarme con cada persona, conocerla, aprender junto a ella el origen de sus conflictos y trabajar en equipo para resolverlos. Cualquier persona, sea un niño o un adulto, tiene derecho a una atención individualizada y adaptada a su situación. Mi objetivo es que la persona se sienta cómoda y pueda confiar en mi para ayudarla.