Desde muy joven, me he sentido atraída por la psicología, impulsada por la curiosidad de comprender la mente humana y el deseo de aliviar el sufrimiento que las personas experimentan ante diversos eventos de la vida. En esos momentos en los que el dolor parece no tener fin, contar con alguien que brinde apoyo y guíe a través de la tormenta de las emociones puede ser de gran alivio y, a veces, muy resolutivo. Como psicóloga, me considero una aliada en el camino de autodescubrimiento de cada individuo. Acompaño a las personas en su proceso de conocimiento de sí mismas, de sus pensamientos y emociones, y de la manera en que tienden a reaccionar ante las situaciones. Cada individuo es único y creo firmemente en la importancia de adaptar el apoyo psicológico a la perspectiva única de cada persona, ayudándole a explorar y construir visiones alternativas más funcionales. Mi objetivo principal es establecer una relación de confianza y un espacio seguro, empático y libre de juicios donde mis clientes puedan sentirse libres para explorar sus emociones y pensamientos, y descubrir o desarrollar nuevos recursos que les permitan acercarse a un estado de mayor bienestar y tranquilidad. Tengo una formación en psicología clínica y he adquirido experiencia trabajando en contextos psiquiátricos para adultos y en residencias para ancianos, donde he ofrecido apoyo psicológico. Además, recientemente completé un máster en counseling psicológico con enfoque rogeriano, lo que me ha dotado de herramientas y habilidades para guiar a los clientes en su proceso de autoconocimiento y autoconciencia. También he trabajado como educadora con niños y adolescentes, impartiendo talleres de psicoeducación, lo que me ha permitido desarrollar una perspectiva inclusiva y comprensiva en mi práctica. Estoy convencida de que el trabajo psicológico y el acompañamiento del individuo en su individualidad son esenciales para mejorar el bienestar emocional. Cada historia es única y merece ser escuchada.