Desde pequeña me interesó comprender las interacciones, de cierta forma me llamaba la atención cómo se comportaba y pensaba la gente, por qué hacían lo que hacían y con qué objetivo se movilizaban en su quehacer diario. Luego de la separación de mis padres empecé a vivir con mis abuelos y compartir escenarios con otros familiares y esa diversidad de mundos poco a poco me fue acercando al deseo de comprender la mente humana. Alguna vez vi Dr. House y pensaba en cómo House revisaba y abordaba los casos clínicos que se le presentaban y parte de eso era analizar sus comportamientos y creencias para poder ayudarlos, también en la serie “mental” (un psiquiatra que aborda de manera creativa e innovadora los casos difíciles de salud mental) me llevó a despertar un gusto por orientar y apoyar los procesos dolorosos y que generan malestar en la forma de relacionarse, en sus experiencias de vida, en las creencias familiares y los conflictos se derivan de estos. Comprender el mundo de la psicología de los pacientes en los espacios terapéuticos es el lugar que quise estar desde niña, el poder revisar, observar y llevar a reflexionar para encontrar la forma de orientar las soluciones a las dilemáticas de salud mental de un consultante, siento es la mejor forma de encontrar mi lugar en el mundo y hacerle honra a mi deseo de infancia, adolescencia y adultez.