Siempre he creído que todas las personas contamos con habilidades diferentes, si bien, todos podemos llegar a hacer lo mismo, a algunos les tomará más esfuerzo que a otras y eso no significa que seamos menos o más. ¿A qué voy con todo esto? Desde que era muy chico, me he considerado alguien con las habilidades innatas para ser psicólogo: confidente, escucha activa, empático y alguien que genera mucha confianza, pues hasta la gente que luego no conozco me empieza a contar cosas muy personales. Siempre me ha parecido maravilloso acompañar a otras personas en sus momentos más oscuros, en aquellos momentos en los que tienen dudas y solo requieren compañía y a veces solo una escucha, el tema es que con un acompañamiento psicológico, puedes encontrar eso y más: una guía, aprender nuevas herramientas o técnicas que puedan favorecerte en tomar conciencia de ciertas situaciones que pueden estar pasando por desapercibidas en el día a día. Me considero alguien amable, diplomático, que acepta a las personas tal y como son, y que llegará a ser franco en comentarte si noto alguna cuestión que pudiera ser mejorada.