Mi camino hacia la psicología inició desde mi adolescencia cuando me interesé por la meditación trascendental y la programación neurolingüística. Sentía que había cierto dolor, vulnerabilidad y necesidad de crecer, que debía satisfacer y calmar, ya que de otra manera me condenaría a sufrir. Desde esa época comencé una jornada de búsqueda, auto conocimiento y energización. Lo cual me ha llevado a experimentar diversos paradigmas espirituales, psico emocionales así como construir vínculos amorosos y armoniosos en mi vida, que aun hoy sigo cultivando. Siempre he sentido que la psicología no se trata de conocimiento intelectual sino de vivir, sentir, conectar y aprender de nuestras experiencias. Si no desarrollamos nuestra inteligencia emocional, es imposible afrontar nuestros desafíos con sabiduría, calma y confianza. Por eso, me enfoco en aprender, vivir, disfrutar, sentir, conectar y sobre todo, trabajar mi mundo interior. Y esto mismo lo brindo a través de mi trabajo psicoterapéutico con los pacientes. Los ayudo a desarrollar su inteligencia emocional para que tenga una vida abundante, conectada con su vulnerabilidad, simple, humana, sensible y potente.